miércoles, 1 de febrero de 2012

2012 en Bogotá - La bienvenida



Muy lejos de Pompei y Peralta, los profesores de economía y semiología del CBC, que nos unieron en sus clases hace muchos años un poco de repente y por obra de extraños caminos llegamos a un avión que nos trajo a Bogotá. Cansadas del viaje pero felices recorrimos las calles de esta ciudad que ya quería antes de conocerla.
Los colombianos y colombianas son esa clase de gente que sabe hacer que te sientas en casa. Amables y carismáticos te reciben con los brazos abiertos. Cenamos unas deliciosas pizzas cerca del hotel y nos mezclamos por un rato en el ritmo de la  vuelta a casa. Mañana empieza la verdadera aventura del viaje.

domingo, 20 de febrero de 2011

París es difícil describirla. Debo decir que si uno ha vivido en Bs. As. puede imaginársela. En algunas partes se parece mucho, y cuando la confusión acecha la torre Eiffel nos recuerda que estamos equivocados. Es una ciudad que a diferencia de mi destino anterior esta viva. París es pretenciosa, pero al fin y al cabo tiene porque serlo. Mucho salvo su gente se encuentra disponible en español. No es cierto, al menos para mí que te traten mal por no hablar francés. De hecho le ponen bastante voluntad y tratan de que puedas entender. Quisiera escribir tantas cosas pero es mucho más difícil abarcar lo que mis ojos ven con palabras. Debo decir que el cansancio no ayuda y que mi mente esta sumida en un estado constante de agotamiento y asombro. Describir lo que veo por día me resultaría imposible así que cambiare de modalidad y empezare a detallar temas o situaciones que llaman mi atención, al fin y al cabo mi mamá conoce más Paris que yo de mirar tanto programa de televisión alusivo.

Los linyeras y sus perros.
Esta es la ciudad con más pobres pidiendo en la que he estado este mes. A diferencia de las otras donde la pobreza no ocupaba un lugar central, acá se ve por todos lados. No son solo extranjeros, los hay de todas las edades, duermen en la calle a pesar del clima envueltos como capullos. Lo hacen en las calles y los he visto incluso en los bancos de las estaciones del metro. Piden con carteles y hoy que llovía sentados bajo su paraguas. Pero hay algo que se repite en casi todos, es la compañía de uno o más perros. Empecé a observar para tratar de entender. Por supuesto elabore una teoría. Se los ponen encima, se acurrucan con ellos, creo que es para sentir algo de calor. Mi teoría se quedo algo chueca cuando me tope con un hombre que tenía una perra que amamantaba como a 8 cachorros, entonces la gente se acercaba y dejaba más dinero que a los otros. ¿Será que los franceses sienten más lastima por los animales que por otros seres humanos?

Viejo mundo, viejos trucos.
En todo lugar donde se conglomeran los turistas están estos engañadores callejeros de los que nosotros sabemos tanto. No pude evitar preguntarme si fue primero el huevo o la gallina. El hecho es que estos personajes que si en su mayoría parecen extranjeros están al acecho esperando que muestres la cámara, el mapa o la actitud desprevenida. Los primeros que se cruzaron vinieron en grupo. Por supuesto hablan varios idiomas, llevan carpetita con fotocopias con el logo de UNICEF. Aseguran juntar firmas y estar recaudando. Uno sabe desde que los ve que es un engaño. Hice lo mismo que hubiera hecho en BS AS saque las monedas del bolsillo para alejarlos cuando descubrí que eran muchos y estaban por todo el parque. Trate de caminar para donde había más gente pero me seguían cuatro de ellos, me acerque a una mujer que era de seguridad del parque Les Tulleries, ella no hablaba tan bien el español como ellos pero lo entendía. Confirmo que era un engaño, dijo que eran rumanos.
No pasaron ni diez minutos y tenía otra demostración delante mío del viejo arte del timo. Un tipo un poco más grande quiso hacerme creer que se me había caído un anillo enorme y dorado. Le dije que no, pero me seguía hablando y quería dármelo a cambio de dinero. Esa misma situación se repitió al menos cuatro veces con diferentes personas que intentaban lo mismo con anillos iguales.
Otra situación son tipos con que intentan hablarte casi en una actitud de levante y empiezan a seguirte por la calle. La mayoría esta mal vestido, o tiene algún indicio como estar muy desalineado que te hace sospechar. Por suerte no se como termina el truco, mi cara de perro los aleja. Simulan hablar por telefono, se detienen al lado cuando te detenes y avanzan cuando avanzas hasta que entablan conversación. También hay mujeres con atuendos árabes que te siguen tratando de sacarte plata. Y vendedores de torres miniaturas que son como de lata que te acosan por todas partes. Nada nuevo daban ganas de gritar: ¡soy argentina renueven los trucos!

sábado, 19 de febrero de 2011



Y ahora PARIS!

Otro tren, y una nueva y vertiginosa combinación ahora cargada como una mula. En el primero bastante vacío así que mi mochila devenida casi en un ser humano viaja sentada. Después el TGV hermoso y lujoso pero el más lleno de los que tome. El estante para el equipaje inalcanzable, pero la señora que viaja a mi lado me ayuda y las dos en una posición casi ridícula logramos acomodarla. El paisaje es tanto o más lindo que los anteriores que se parecen aunque tienen sutiles diferencias. La profesora de geografía no se sentiría orgullosa de mi incapacidad para explicar tales diferencias. En la estación encuentro perfectamente el metro (seguimos con ese fastidioso término) que me trae a lo de la desconocida Sophie. Tengo una guía y mi mapa obtenido gratuitamente en la estación. París tiene esa ventaja mapas y baños en los bares gratis. No es poco. El problema empezó justo cuando debía terminarse. Me perdí en círculos con más peso del que podía soportar durante una hora. El miedo solo empeoraba la situación. Sophie iba  a salir a cenar y me esperaba para hacerlo. ¿Y si no me esperaba? Lo aterrador no era el idioma o la ciudad desconocidos eran mis enormes bolsos y mi cuerpo desmayándose de a poco. Con cada pregunta empeoraba mi situación, la calle que buscaba parecía quedar en todas las direcciones, todas incorrectas claro. Finalmente ruegos mediante a todos los santos que conozco encontré la calle y la casa. No sin antes encontrar un serio problema con las numeraciones y las líneas rectas común en Europa. Llegue y tan solo faltaban 5 piso por escalera para conocer a Sophie. Ella es profesora de idiomas. Si esa típica docente agobiada por cientos de exámenes de no se sabe cuando y seguramente no se sabe muy bien de quien. El departamento es de dos ambientes, y resulta chico solo por el abarrotamiento de objetos. Me esperaba con sopa caliente y fue casi como caviar en medio de tanto dolor físico por culpa de la travesía.

Adiós Luxemburgo

                                                                                                   
Clervaux, un pueblito a una hora de Luxemburgo, de esos que son pintorescos porque están enclavados en la montaña. Coronando un monasterio que parece haber sido construido cerca del cielo. Su Iglesia, de aspecto moderno, otra de las reconstruidas post guerra. Es de estilo bizantino, la cruz cuadrada, el dorado a la hoja cubriendo los fondos de las imágenes. Un monje te atiende en la tienda de regalos. Subir, cómo olvide mencionarlo. Es bastante complicado para esta citadina de llanuras que creía que el parque Lezama tenía demasiadas subidas. Vivir en estas áreas debería ser motivo obligado de glúteos firmes. Debo confesar que hasta el aire me faltaba. La vista es increíble. El lugar es de cuentos como todo acá debe ser porque los cuentos que nos leen de chicos empezaron a contarse primero acá.
De Luxemburgo me queda decir que la noche podría para algunos ser más divertida porque parecería que te podes subir al auto de cualquiera ir de lugar en lugar y nada pasarte. Hablo en condicional porque creo que hace falta más de una noche para sacar es conclusión. Mi estado natural de sospecha me hace estar aún más en alerta en esos sitios donde todo parece seguro y ordenado. Desconfío. Ya se que soy un poco retorcida, pero que se le va a hacer a esta altura. Ansío despedir mi diario de este extraño país porque ya París me apura y mi viaje entro en su recta final.

jueves, 10 de febrero de 2011

Luxemburgo ... mejor si estas con alguien divertido!

Llegue a la conclusión de que Luxemburgo es como aquel chico hermoso del que te enamoras perdidamente en la secundaria. Con el que soñas, casi una réplica de Brad Pitt. Pero que cuando lo conoces, solo era lindo. Porque en realidad el pobre es aburrido, insulso, y carente de gracia. Verlo en la foto te hace fantasear con unir tu apellido al suyo, pero por favor que no abra la boca!!! Para admirarlo, para eso si sirve. Mucho mejor si lo haces con amigas. Hoy tuve esa suerte. Vinieron de visita Liza y Luciane las encantadoras brasileras que conocí en Amsterdan. Ellas están en Bélgica y tren mediante compartieron conmigo el día. Volví a la muralla que sola no me había atrevido a recorrer hasta su interior. Bajamos por esas interminables callecitas con siglos de historia, con adoquines verdes de la erosión y el moho antiguo. Puentes, pasadizos, escaleras hechas en piedra. Lugares en los que esperas todo el tiempo encontrarte con Frodo o Gandalf.
Los huecos en el muro por donde miraban los guardias están ahí como si el tiempo no les pasara. A lo lejos aprecias modernos y vidriados edificios, y por momentos no llegas a comprender si estas despierto o dormido. Porque parece un sueño donde se mezclo El Señor de los Anillos con Star Wars.







Hubo almuerzo de un rico sándwich con café con leche, acá le dicen capuccino. Y con struddel de manzana y un nuevo capuccino a la tarde. Las chicas comieron pizza, pero yo me resisto a que denominen esos secos cuadrados con salsa y queso rallado de la misma manera que un manjar de EL CUARTITO. Nos atendió una mujer italiana que solo hablaba su lengua y en un maravilloso inglés tan malo como el mío. Igual que en Amsterdan fuimos a un supermercado. Me había sido imposible hallar uno en los días anteriores. Luxemburgo es hasta un 40% más cara que sus vecinas ciudades. Y los super tan fáciles de encontrar, acá son casi un tesoro escondido. 

lunes, 7 de febrero de 2011

Mis pasos en Luxemburgo

Luxemburgo, es una ciudad que por la comodidad de no tener que pagar alojamiento voy descubriendo de a poco, muy de a poco. Siendo honesta, no sabía mucho de ella. No sabía que era un Ducado, que era una ciudad medieval. No sabía que las murallas que rodean la ciudad antigua era de los años 600. Ahí estuve hoy. Parada en el lugar construido por el hombre más antiguo en el que estuve alguna vez. A muchísimos metros de altura, en los sitios estratégicos donde alguna vez hubo soldados protegiendo la ciudad. La vista es realmente impresionante. El lugar fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Las piedras y los adoquines dejan ver los siglos que los han desgastado. Se baja por caminos empinados y pronto llegare hasta el centro, por ahora camine en sus alturas. Un puente moderno conecta el inmenso foso, y hasta el tren pasa por encima. Cientos de historias de doncellas rescatadas se habrán tejido allí. Guerras y muerte, intrigas palaciegas habrán encontrado el escenario perfecto entre los túneles secretos.