lunes, 31 de enero de 2011

Homicidio fashion ...

Mi recorrido por el casco histórico de Bruselas comenzó con un viento frío que parecía cortar la cara. Mis pies cansados se helaron rápidamente en mis botas de buenos aires. Ya tenía el talón algo lastimado por las largas caminatas, y tuve que hacerlo. Digo “tuve que” porque en otras condiciones jamás me hubiera comprado esta botas de gamuza forradas de peluche que no permiten distinguir un delicado pie de un sándwich de mortadela. Pero debo decir que mi viaje será mucha más cálido y solo costaron 10 euros.
Visite la Catedral y la plaza principal con sus edificios barrocos encargados por los distintos gremios. Confirmo mi primera impresión es una Bruxelles opulenta. La otra hipótesis ya verificada es que construyen enormes parques con prolijos jardines para todo lo que se les ocurra. Hay tantas estatuas que se miran unas otras a otras por toda la ciudad casi en un dialogo. Imagino que deben contarse cosas secretos de reyes.
Recorrí negocios integrados en espacios de antiguas fachadas, en la zona de los bares y restaurants es posible encontrar comida de cualquier parte del mundo. Esta atestado de locales de venta de chocolates que van desde sofisticados hasta los comerciales del lugar. La bebida que toman en la calle es chocolate caliente más aún que el café y se ofrecen sopas de distintos sabores al paso. Están preparadas en unas ollas eléctricas en los locales tipo cafetería para llevar. Al mediodía con tanto frío y hambre tome la vía fácil y universal. Mc Donalds. Es increíble como en cualquier parte del mundo el resultado es similar. Satisfacción en la caja, no es difícil pedir un big mac. Un ligero placer al degustarlo, seguido del inevitable arrepentimiento que trae consigo la sensación de pesadez. Dentro del local podían verse representadas todas las nacionalidades. Llamo mi atención una mesa de 8 o 10 chicas de unos 20 años. Sus pieles eran todas de diferente tonalidad. Pensé en la discriminación y como se manifiesta en ciudades tan diversas. Ayer conocí a Shaila, una chica española que vino hace un mes por una beca y esta dando clases de inglés. Lloraba y estaba triste en la cama de abajo del hostel. Me puse a hablarle y se siente agobiada porque casi nadie le habla en inglés (menos en español)  y se le hace muy difícil. La discriminación aquí pasa por el idioma. El francés es el dominante. La gente se sectoriza de forma muy marcada por la lengua. Y claro no es lo mismo ser turista que intentar vivir en un lugar que no comprendes. Viaje en subte, ya casi como una experta. En la escalera mecánica venía detrás de dos personas hablando español latino. Eran un hombre y una mujer chiquititos, casi como duendes. Unos pasos más arriba un hombre de claro aspecto germano los miraba fijo y con gesto serio. Él le dice a ella: “por qué me mira tanto” … no pude evitar acotar “debe ser por el idioma”. Enseguida presentamos pasaportes, colombiano, ecuatoriana y argentina. Nelson, dijo que hacía más de 20 años que trabajaba acá y ella ya llevaba 18. “Quédate, Bélgica es un buen lugar” y se despidió con apretón de manos deseándome suerte.

Lo que verdaderamente no comprendo es esa escultura chiquita de un niño haciendo pis que es cómo un símbolo nacional. En la cuadra dónde está, hay decenas de réplicas del horrible nene “meando” en nuestra cara. Casas repletas de souvenirs, que me recordaron a las marplatenses y sus lobos marinos, solo que de sacacorchos con la criaturita. Me impresiona el contraste entre los fastuosos edificios antiguos y los igualmente dominantes de las calles edificios modernos. Son gigantes de cristal, hierro y cemento que se levantan entre los parques, las estatuas y las historias de reyes.

Ya tengo mi pasaje de tren, mañana visito Brujas y Gantes, y lo obtuve de un empleado sacado de algún cuento británico. Shaila y los libros prometen que me gustara tanto como Amberes.  







domingo, 30 de enero de 2011

Extras … (con nota de autor)

Ya mencione que esta ciudad tiene metro, tren, bus, tranvía y no se cuantos medios de transporte que conforman una red que se interconecta bastante difícil de interpretar. Ahí iba yo toda mareada con mi guía de Bélgica en la cartera, viendo como se pasaba el molinete. En realidad, en este caso, no era como los nuestros. En lugar de molinete tenía unas puertas de vidrio que se abrían al marcan la tarjeta en una máquina que le imprime la hora. Hay boletos que solo podes usarlos en todas las conexiones pero solo por una hora o un día y otros son pases por más tiempo. En fin, ahí estaba yo siguiendo los dibujitos de los carteles. Al costado un tipo, turco creo yo. Se hizo el que buscaba algo y me dejo pasar. Maldito él y otro que lo acompañaba. Lo que querían era que yo marcara la tarjeta y se metieron atrás mío mientras las puertas se volvían a cerrar. Tramposos.

En busca de las semejanzas descubrí que no es cierto que acá se cruza bien la calle. Mi querida hermana se indignaría al descubrirlo. Pero la verdad es que lo hacen a mitad de cuadra, con el semáforo en rojo, corriendo. La diferencia quizás es que los conductores frenan, pero en Bs. As. casi siempre lo hacen. Otra, hay basura en las calles. No será Constitución pero es un Palermo Soho, que ya es bastante. Las sirenas de los patrulleros también suenan. Hoy escuche unas cuantas. Las paradas de los colectivos tienen a veces largas filas. En el Carrefour Express frente al hostel son lentos como en cualquier otro. Y si bien media ciudad esta con arreglos y remodelaciones, hay casas bastante deterioradas.

Me encanta la arquitectura, la magia, la gente, la mezcla, el aroma y todo lo bueno que tiene la Europa que hasta ahora conozco, solo que no entiendo porque quienes han viajado antes se empeñan en ocultar tantas similitudes. Debería ser tranquilizador y alentador saber que la perfección no existe (ni siquiera acá) y en lugar de bajar los brazos por lo imposible, buscar mejorar. De cualquier forma cada uno puede buscar su lugar en el mundo en vez de quejarse y estorbar donde esta.

algunas más





Bruselas ciudad de reyes .... las imágenes ... jajaja








Bruselas ciudad de reyes ....

Domingo 30 de Enero de 2011
Mañana entretenida siempre al borde de perderme en la intrincada red del metro. No podía creerlo la máquina solo operaba con monedas y obvio no tenía las suficientes en la billetera. Otra razón para preferir Alemania y sus expendedoras con billetes! Casi cambio de hostel pero al llegar al nuevo el barrio parecía zona de guerra, así que nuevamente al subte y al barrio del botánico. Como buena “hija de Luis” puedo reconocer el peligro aunque sea en otro idioma (me niego a escribir jaja pero como decirlo de otra manera). Deje mis bolsos, otra vez, y emprendí la caminata que duro más de 5 horas. Hoy el frío fue intenso, la cara parecía congelarse con el viento. Durante todo el día pensé en como definir esta ciudad, que para ser sincera al principio no me gusto. Creo que opulenta es la palabra que buscaba. Magnificas construcciones, gigantes de piedra con inmensos jardines. Estatuas de bronce ya verdosas por los años. Recién en el museo de historia empecé a comprender. Bruselas se empeña en demostrar por doquier su estirpe real. Su tradición monárquica esta presente en cada detalle. No es uno de esos lugares que te da la bienvenida más bien es como un amigo al que no le molesta que te quedes en su casa (siempre y cuando no fastidies su rutina). Españoles por todas partes me saludan en francés, yo les respondo en inglés para luego descubrir que hablamos el mismo idioma.
Los “ponjas” se llevan el premio al fotógrafo solidario. Nadie se niega a tomarte una instantánea. Pero ellos repiten la toma hasta que queda a su gusto, sonríen y casi agradecen por la posibilidad de ayudar.
El Parc de Bruxelles quedo chico en mis fotos. Mucha gente corriendo, y haciendo deporte en sus senderos desde la mañana hasta el atardecer. Tubos de luz de sol se filtran por los invernales senderos de árboles.
Subidas y bajadas en las callecitas llenas de curvas y recovecos. La senda peatonal en muchas, esta hecha con adoquines de mármol. Oro, madera tallada monumentos para lo que se nos ocurra, así es Bruselas. Hoy me costo mucho encontrar un café, justo cuando era más necesario. Dentro del museo Belevue había un barcito donde acompañe mi expresso con una tarta de manzana. Complete mi menú con un waffle que vendían en el costado de una camioneta. Sencillamente delicioso, cubierto de miel y humeante para sacarle el frío a cualquiera.
La Guerra, o las guerras están vivas en las calles, en las estatuas, en las personas. Tan lejana para nosotros, que a veces solo es una película o la anécdota dolorosa de algún abuelo, aquí es recuerdo permanente. No olvidan, recuerdan para que no se repita.
En mi recorrido siento predilección por las Iglesias, más allá de la fe, son excelentes muestras de arte e historia. Pero Notre-Dame-des-Victoires (que se ve tras de mí en la foto que estoy sentada) fue una experiencia extraordinaria. Todo este tiempo creyendo que el barroco era mi periodo favorito, hoy cambie de opinión. Los góticos sabían lo que hacían al levantar esas enormes torres. Parecen realmente acercarte a Dios. Ventanales con vitreaux más allá de donde llega la vista. Columnas de piedra tan tan tan altas que no cabrían en ninguna fotografía. El púlpito tallado en madera, y en el altar colgado en el punto más alto un crucifijo grandioso. Enfrente el infaltable órgano que se encuentra tan alto que podría ser tocado por los ángeles. La piel se eriza al entrar, y a medida que recorres el pasillo central una sensación extraña empieza en la cabeza y llega hasta los pies. Las lágrimas saltan de los ojos de forma inexplicable. No es tristeza, no es alegría, es más bien una sensación parecida a la paz.
Cuando Bruselas era solo ladrillos bien ubicados, jardines perfectamente podados. Bruselas se convirtió tras una de sus calles curvas cerca de Notre-Dame tras el palacio de justicia, una explanada que te deja ver la ciudad completa. Se mezcla lo antiguo, más lo antiguo reconstruido y con el acero moderno tras las viejas cúpulas.

La Bella Amberes!!!







sábado, 29 de enero de 2011

Ahora Bélgica ....

El día comenzó temprano y salimos en el auto de Angie y Stephan rumbo a Amberes. Aunque la autopista no tiene el encanto de las vía del tren, por momentos la vista es increíble. Verde muy verde entrando en Bélgica, la vieja oficina de migraciones ahora abandonada me recuerda lo que la Unión Europea significa. Pasas de un país al otro sin explicación alguna. Los árboles, enormes y erguidos están prolijamente acomodados formando bosques. Las casas típicas que ya había visto, se disponen ahora en tierras más llanas, solo un poco. Son como aldeas, grupos de casitas coloridas más o menos iguales rodeadas por enormes extensiones que forman pequeñas montañas, parecen medanos de pasto y tierra. Cada uno con una tonalidad distinta. Esta vez lo que llama mi atención son las torres que generan energía eólica. Son los molinos de algún Quijote moderno en un lugar distinto a La Mancha. La autopista sube y baja casi como en una carrera de videojuego. Cada tanto algún túnel parecido a los de las películas. El verde se vuelve blanco en zonas todavía nevadas.
Alrededor se ve naturaleza por todos lados, pero al mirar una segunda vez, como si te frotaras los ojos, la opinión es otra. Es el hombre quien durante siglos rediseño la naturaleza, nada es producto del azar. Todo se nota prolijamente planeado.

Llegamos a Amberes, y me quede casi muda. Porque muda creo que es imposible. Es una ciudad de callecitas empedradas curvas y contra curvas esconden barcitos y negocios. Monumentales edificios albergan la historia de una Bélgica que supo ser escenario clave de la guerra. La Catedral es magnífica, pero como se exponen obras de arte de Reubens te cobran para entrar. Lo que es verdaderamente chocante es que te cobren por entrar a la Iglesia. Solo un pequeño pedazo esta abierto para quienes quieran rezar. Indignada seguí mi camino porque era poco el tiempo que tenía hasta partir a Bruselas.
El castillo que contiene al museo marítimo en el muelle te hace pensar en cuentos de princesas encerradas en torres. Comí waffle con café en la calle y me devolvió el alma (o el calor al cuerpo que es más o menos lo mismo). Podría haberme quedado horas sacando fotos de que cada calle, amo los pasajes y Amberes parece una ciudad de pasajes perdidos.

Llegue a Bruselas antes de las 16, tome el subte (para nosotros los argentinos para el resto metro). Acá las máquinas no ofrecen español así me las arregle con el inglés. Llegue a la estación central para averiguar por mi pase para recorrer Bélgica, Holanda y volver a Luxemburgo. Debo decir que es comparable con hacer un trámite en la AFIP. Así que siguiendo la comparación recién mañana voy a sacarlo. Luego Bruselas se me hizo “la dura” y un sexto sentido o pura suerte fueron más útiles que mi mapa para llegar al hostel. Complicado recorrer esta ciudad que se parece a su hermana belga pero en grande. Ninguna calle es derecha y las esquinas a veces no son esquinas. Son otra calle cortita que tiene un nombre diferente. Hay muchas líneas de subte, colectivos, tranvías y trenes así que hay que hacer un curso para entender dónde uno está y hacia dónde va. Aún así resulte triunfante y milagrosamente no me perdí. Mañana sacaré fotos.    


Tarde en Luxemburgo ...

Única foto hasta la vuelta la próxima semana ...

viernes, 28 de enero de 2011

Europa en tren …

Berlín se me resitió. Conseguir pasajes de tren era imposible hasta la semana próxima y aunque Frankfurt me era cómoda y familiar el viaje tiene como meta moverse hasta llegar a París. En la estación de tren fue una odisea entender como funcionan los pases, pero quien menos me colaboró fue la española que atendía en atención al turista. Increíble pero cuando menos te entienden el idioma más se esfuerzan por ser amables. Las máquinas expendedoras que descubrí más tarde están en varios idiomas y facilitan la tarea de sacar el boleto. Debo decir que mi inglés hasta ahora me permitió comer, viajar  y alojarme lo que no es poco!
Di mi último paseo por Frankfurt a la espera de la salida del tren. Mis bolsos pesados me hacían ver absolutamente ridícula. Viajar en tren a pesar de todos los que trataron de disuadirme, fue la mejor decisión. No tengo forma, ni suficientes recursos lingüísticos para expresar lo que se ve a través de las ventanillas. Castillos incrustados en medio de la montaña con sus pueblos de casas de colores en las laderas. Tierra sembrada en zonas empinadas, perpendiculares al río. Barcos, carteles de bienvenida y después mucho verde y montaña hasta el próximo pueblo. Todos como salidos de un cuento. Todos como manchas que el hombre le hizo a la montaña hace tanto tiempo que parecen parte de ella como si hubiesen crecido de forma natural. El paraíso esta en muchas partes, Alemania es una de ellas.
El trasbordo del tren fue divertido y lleno de adrenalina. La sensación constante de que podrías pasarte de estación o perderte en los andenes vuelve entretenida la aventura.
Cuatro horas y estaba en la estación de tren de Luxemburgo. Había agua nieve, mucho frío y era de noche. Enseguida apareció Stephan y me dio un abrazo levanto los bolsos con su típica forma medio torpe y me llevo hasta al auto.



Jueves día tranquilo, hice una pequeña recorrida por el centro. Luxemburgo es una ciudad de la realeza. Sus calles son urbanas pero destilan riqueza y glamour. Las marcas de ropa más exclusivas abundan en las calles transitadas por personas de todas partes del mundo. Estilo en cada parte, la basura es cierto no esta en las calles, y reciclar es una forma de vida. Panaderías con exquisiteces y bares se mezclan cerca del castillo donde el rey recibe visitas. Ya la semana que viene recorreré más esta ciudad. Por ahora mañana me voy a Bélgica!.

Nota: Las fotos del tren solo pude sacarlas con elcelu por eso son medio bajas de calidad.
Pido perdón a los puristas del lenguaje pero mi teclado no posee ambos signos de exclamación!

Globalización

Muy religiosa y con espíritu conciliador, visite el museo de la catedral y el museo judío. La conclusión es similar, cuánto oro, plata y piedras preciosas usadas en el nombre de Dios!!! Exhiben cosas en su mayoría del 1700 y 1800, aunque se pueden ver algunos objetos de 1400.

Los Shopping son más o menos iguales en todos lados… la diferencia que están con liquidaciones y hay sandalias por 3 euros! Lo juro. Recorrí a la tarde callecitas y lugares pendientes con mi compañero mexicano, y sacamos las fotos en las que aparezco cómodamente posando.

La pobreza no es solo del tercer mundo, aún para aquellos que tratan de justificar lo evidente al estilo … Esperando la carroza, que esta es una pobreza digna. La pobreza más o menos ordenada, más o menos limpia, con más o menos drogas es pobreza.

Debo decirlo, no vine a buscar defectos, solo a comprobar mi hipótesis previa que la globalización no solo significa Mc Donalds y Starbucks por todas partes. Dónde otros se empeñan en encontrar diferencias yo me empeño en encontrar similitudes.

Deje la bella Frankfurt con la sensación de haber estado con una amiga que te ha tratado y recibido bien. Que ha compartido cada momento y que promete repetir el encuentro.

mas Frankfurt




Día 2

Segundo día y parece una semana. Recorrí la ciudad y es hermosa. Mezcla de antiguo y moderno. Antiguo, como de otra era pero sabiendo que en realidad esta reconstruido después de la segunda Guerra Mundial. Lo más impresionante es un lugar dónde había una iglesia que fue bombardeada. Hoy se conservan las ruinas y al lado se levanto una réplica de la antigua catedral.
Los puentes peatonales que cruzan el río te permiten atravesar de un lado al otro de la ciudad. La gente como por la calle sus sándwich en pequeños panes con todo tipo de cosas dentro junto con infaltables rodajas de pepino!!!

Café, capuccino de todo tipo y tamaño se consiguen en negocios a la calle y en puestos. Comen en la calle, a pesar del frío, parados o sentados. En algunos barcitos la mesas de afuera tienen mantas polar!

jueves, 27 de enero de 2011