26 de enero de 2011
Por fin dormí, así que ahora puedo empezar a contar mi viaje. Después de un día entero en el aeropuerto de San Pablo del cual me niego a hablar en este blog, llegue ayer a Alemania. Mucho mejor que en nuestro país hermano del Mercosur me han tratado hasta ahora a pesar de que no entiendo ni el hola en alemán.
El aeropuerto es bellísimo y enorme, fue por eso que casi no encuentro mi mochila!!! Pero una cubana que hablaba en alemán me ayudo a entender dónde es que estaba. Luego al salir con el equipaje camino a lo desconocido un cartel en la mano de una mujer le daba la bienvenida a no se quién en español. Para mi fue lo mismo que si el papel con marcador dijera Bienvenida Noelia Abad. Me acerqué y le pregunte si hablaba español, aunque era casi obvio, y le pregunte cómo llegar al hostel. Ella, ecuatoriana, llamo a un chico que era colombiano y saludo de por medio a otra mujer de Mendoza que se alegro de ver una argentina me indicaron como tomarme el tren. Era casi una cumbre latinoamericana que abandone para seguir los carteles por sus dibujitos, ¿ya mencione que el alemán es incomprensible? …
La estación de tren forma parte de un complejo gigante dónde esta el aeropuerto y todos los medios de transporte, podes moverte con el carro para las valijas que de forma casi mágica se sube a la escalera mecánica quedando como colgado entre los escalones. Obvio que seguí a los demás y a los dibujitos porque jamás se me hubiera ocurrido de otra manera. Al llegar a la estación casi me gana la máquina de los boletos, que si bien tiene algunas instrucciones en español pense que no comprendía porque me rebotaba mis euros, cambie por tres máquinas sin éxito hasta que en la cuarta un alemán que hablaba ingles se apiado de mí. Y descubrí que no era inoperancia mía sino que la máquina no quería el billete. Él le pidió a una chica que esperaba su turno billetes más chicos. Creo que eso pasó porque después de decir algo la chica abrió la billetera y nos dio cambio. Durante el viaje Nuri, así se llamaba, me impulso a practicar mi inglés pobre, muy pobre, pero nos entendimos bien y hasta hablamos de fútbol. Si de fútbol, contengan la risa porque es el tema que saca la gente al saber que uno es argentino. Lo “bueno” es que ahora no gritan Maradona, dicen Messi!!!! Surgieron Verón, Tevez y Agüero … Llegue luego de pasarme una estación y retroceder en el tren del sentido contrario. La estación, enorme y hermosa como la primera, tenía un lugar de información para turistas dónde me informaron que el Hostel era cruzando la calle. Qué alegría, la mochila pesa una tonelada!!!!
Tomé café en Starbucks (mejor que en Galerías Pacífico pero sin la compañía de mi querido Sergio) camine un poco conocí un italiano perdido con el que hable en español, me respondió en italiano y cuando no fue suficiente usamos el inglés. Rarísimo!!!
El tipo trabaja para una empresa de inversiones inmobiliarias y vino para un congreso de dos días aunque vive en Alemania. Lo gracioso fue que en la calle otro tano, un tipo mayor se metió en la charla y acotó que en argentina hay muchos italianos, y dijo cosas sobre la inmigración y se fue con la alegría de la tarantella caminando. Tome algo en el bar que teníamos delante con mi nuevo amigo, porque hacía mucho frío en la calle. Y descubrí que los tanos son machistas y no dejan que una mujer pague la cuenta! Mi feminismo no se vio herido porque aunque eran solo 5 euros mi parte … mejor es gratis. Para seguir con el tema del fútbol la carta ofrecía un trago llamado Maradona, lo raro es que estaba ambientado de Australia.
Después y dedicado a mi abuela (y a todos los que como ella piensan en la inseguridad argentina) vi un robo de maletín en vivo y en directo, y cómo un alemán corre y putea a su ladrón sin éxito. El tano me dijo que los robos eran comunes.
Al llegar al hostel, me quede charlando con Fernando, un artesano argentino que vende cuadros y bijou en el hall, y que es arquitecto nacido en recoleta pero viajero del mundo hace más de 10 años. Me contó su vida, (es para otro capítulo) converse de la mía. Y se unió a la charla Axel, mexicano de 28 años que se separo hace poco después de fallecer su bebe, y porque se lo prometió viaja por el mundo cada vez que junta la plata.
Mucho para un solo día me fui a dormir …
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