Empecé el día más tarde de lo que pensaba y eso altero un poco los planes. Gantes quedara para alguna otra vez en la vida. Las estaciones de tren son lugares raros. No tenía porque ser la de Bruselas Central la excepción. Un chico lleva una baguette devenida en sandwich gigante enrollada en el diario bajo el brazo. Otro hombre de aspecto solitario camina de atrás hacia adelante con un ramo de flores. Encuentros, desencuentros, gente que sabe donde va, gente perdida y supongo que disimulando seremos varios. Para tomar entren que te corresponde tenes que estar muy atento. Por la misma vía pasan muchos que van a distintos lugares. Esta muy bien señalizado y son muy puntuales. El andén es el escenario de murmullos en gran variedad de lenguas.
En el vagón cómodo y calentito, sentada frente a mi una mujer lee el diario mientras sostiene un pequeño perro envuelto en toallas y mantas polar (creo que es como el que tenía Su Gimenez). En la primera estación cambie de asiento para estar en la ventanilla. Se subieron tres mujeres muy paquetas que se ubicaron a mi lado. Me saludaron correctamente en francés y yo , que soy muy educada, respondí como aprendí de Pepe Le Pu.
Una hora y llegas a Brujas, es una ciudad medieval. Hermosa y muy confunda. Lejos en la historia de la planificación urbana, es casi imposible descifrar dónde estas. Es fascinante ir entrando por las curvas de empedrado casas bajas y desgastadas. Te atrapa. Callecitas como corredores diminutos salen de lugares inesperados. Podrías quedarte y perderte en un hotel construido dentro de una de esas casitas y sería el lugar perfecto para escribir un libro o esconderte del mundo. Te pierde. Conforme avanzan las calles me encuentro con la Iglesia que contiene La Virgen con el Niño de Miguel Ángel. Es la Iglesia gótica más grande los países bajos. Mi guía prestada decía que podía ahorrarte un viaje a Italia, yo pienso que aumenta el deseo de ir. Emociona, aunque no sea original mi sentimiento, ese mármol perfectamente tallado.
Comí un delicioso pannini tostado mientras recorría. Después me sente y tome un café con leche en uno de sus barcitos modernos por dentro y antiguos por fuera
Pasan las horas y la ciudad es cada vez más bella. Los canales con patos y aves de especies que ni conozco. La sensación constante de estar en otro tiempo cuando de repente no hay nadi más en la misma calle. Pero puede ser un lugar tramposo, como la propia cabeza. Recovecos, lugares desconocidos, algunos luminosos y maravillosos y otros oscuros. Brujas se puede convertir en un laberinto. Cuánto más pregunto más me confundo, más me desoriento. La intuición me guía y encuentro la salida. Brujas es mágica, llena de trucos.
En la estación de tren estuvo todo más claro. Adiós Bruselas mañana me voy a Amsterdan.
me encanta leer tu diario, me encanta verte sonreir y me encantan las fotos que sacaste
ResponderEliminarGracias hermosa por todas esas cosas lindas!!! te quiero mucho
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